GRANDES ESCRITORAS

ENHERDUANNA.

Enheduanna fue una mujer que vivió en el siglo 23 a.C. en la antigua Mesopotamia, y es ampliamente considerada como la primera persona en la historia en crear obra literaria propia.

Fue un personaje notable: además de escritora de prosa y poesía, fue una princesa y sacerdotisa.

Su nombre, que en realidad no era un nombre sino un título, se ha transliterado como Enheduanna, En-hedu-ana o En Hedu Anna, ​y puede tener diversas interpretaciones.

“En” era el título designado para el gran sacerdote o sacerdotisa de Ur, en idioma sumerio “Hedu” significa adorno, y “An” significa ‘cielo’, el nombre que le dieron al convertirse en sacerdotisa, “Heduanna”, significa pues adorno del cielo, de manera que se traduce literalmente «la alta sacerdotisa, adorno del cielo».

Como “An” también era el dios del cielo, el nombre se ha tomado entonces como «la alta sacerdotisa de An (dios del cielo)».

“Heduanna” (adorno del cielo) es un epíteto poético que señalaba la belleza de la Luna en el cielo, interpretándose en referencia indirecta a la Luna «la alta sacerdotisa del adorno del cielo», o en directa referencia a la Luna «la alta sacerdotisa de la Luna».

Existen otras interpretaciones. No se conoce su nombre de nacimiento.

Los eruditos en historia y literatura la consideran como posiblemente la autora y poeta más antigua cuyo nombre se conoce, debido a que en sus poemas y demás trabajos escritos en cuneiforme sobre tablillas de arcilla, Enheduanna colocaba su nombre. Escribió los primeros textos que se pueden atribuir a la historia de la literatura de autor. Es también la única mujer entre los grandes autores de la literatura mesopotámica. Sus temas son religiosos: himnos al dios Nannar y a su templo de Ur, y también a la diosa Inanna, protectora de la dinastía de Acad.

Obras Literarias.

Enheduanna compuso 42 himnos dirigidos a templos de todo Sumer y Acad, incluyendo Eridu, Sippar y Esnunna. Los textos se han reconstruido a partir de 37 tablillas de Ur y Nippur, la mayor parte de las cuales datan de los periodos Ur III y antigua Babilonia (Sjöberg y Bergman, 1969:6–7). Esta colección se conoce generalmente como Los himnos de los templos sumerios. Los himnos de templos fueron la primera colección de su clase; en ellos Enheduanna afirma: “Rey mío, algo se ha creado que nadie ha creado antes.” La copia de los himnos indica que estos himnos de templos se usaron durante mucho tiempo después de la muerte de Enheduanna y se tenían en alta estima. Los Himnos del templo sumerio están considerados como uno de los primeros intentos de una teología sistemática.

Su otra obra famosa es la Exaltación de Inanna​ o ‘Nin-Me-Sar-Ra’,​ que es una devoción personal a la diosa Inanna y también incluye detalles de la expulsión de Enheduanna de Ur.

Además, eruditos como Hallo y Van Dijk sugieren que ciertos textos no atribuidos a la misma podrían ser también obra suya.

La autoridad de Enheduanna suscita el tema de la educación femenina en la antigua Mesopotamia. Se conoce que esposas de los reyes encargaron poesía o, quizá, la compusieron ellas mismas​ y a la diosa Nindaba se le atribuye actuar como escriba. Como Leick señala: “Hasta cierto punto los epítetos descriptivos de diosas mesopotámicas revelan la percepción cultural de las mujeres y su papel en la sociedad antigua”.

MARY SHELLEY.

»No deseo que las mujeres tengan más poder que los hombres, sino que tengan más poder sobre sí mismas«.

»No deseo que las mujeres tengan más poder que los hombres, sino que tengan más poder sobre sí mismas«.

Hija del filósofo William Godwin y de la escritora y feminista Mary Wollstonecraft.

A los pocos días de su nacimiento su madre, quien había escrito Vindication of Women Rights, murió de unas fiebres

Siendo una niña se evadía en el cementerio de Saint Pancras, donde fue enterrada su madre. Sobre su tumba aprendió a leer. Su padre solía acompañarla junto a su hermanastra Fanny y practicaban lectura sobre las lápidas.

En 1814, a los dieciséis años, Mary abandonó su hogar y su país con el poeta Percy Shelley, con el que había iniciado una relación a pesar de estar casado. La pareja viajó a Francia y a Suiza.

La esposa del poeta, humillada, ofendida y embaraza siguió a la feliz pareja hasta La Spezia, localidad de la costa italiana en que se establecieron. A los desarreglos deducibles de semejante situación no tardó en sumarse el mismísimo Byron, siempre afecto a toda clase de desórdenes.

Contrajeron matrimonio en 1816, después de que la primera esposa de Shelley se quitara la vida ahogándose. Fruto de esta convivencia Mary tuvo varios embarazos, pero un único hijo consiguió sobrevivir, un varón, el pequeño Percy Florence. Percy murió antes de cumplir los treinta años en una tormenta mientras navegaba. Su cuerpo fue incinerado, pero antes se le extrajo el corazón. Mary lo envolvió en la página de una poesía y trasladó la reliquia, durante un cuarto de siglo, hasta la fecha de su muerte.

El moderno Prometeo o Frankenstein

Creadora del libro que inauguró la ciencia ficción y que aún hoy se erige como uno de los grandes relatos de horror de todos los tiempos; en 1818 publicó la primera y más importante de sus obras, la novela Frankenstein o el moderno Prometeo.

El nacimiento de esta obra fue por una apuesta. La noche del 16 de junio de 1816, ha pasado a la historia como el “año sin verano”. La erupción del volcán Tambora en Sumbawa (Indonesia), el 10 de abril de 1815, liberó toneladas de polvo de azufre que se extendió por todo el planeta, provocando un duradero enfriamiento que alteró el ciclo agrícola y llegó a producir hambrunas. Estos efectos se hicieron sentir incluso en Suiza. Allí, en Coligny, cerca del lago Lemán, en una elegante mansión llamada Villa Diodati, se habían instalado aquel verano un grupo de amigos llegado de Inglaterra: el poeta Percy B. Shelley; su entonces amante, Mary Godwin; el célebre escritor Lord Byron; su médico y secretario personal John Polidori, y Claire Clairmont, la hermanastra de Mary.

Como buenos románticos, los residentes en Villa Diodati amaban la Naturaleza, estaban fascinados por los avances de la ciencia y adoraban las historias de terror gótico. A causa de la climatología se vieron obligados a quedarse largo tiempo encerrados en casa y se aficionaron a pasar las veladas leyendo relatos de terror. “La lluvia incesante nos confinaba en la casa. Unos volúmenes de historias de fantasmas cayeron en nuestras manos […] Están tan frescos en mi mente como si los hubiera leído ayer”, recordaría Mary años más tarde.

También comentaban los avances de una ciencia que, por entonces, aún tenía un cierto tinte mágico. Les fascinaban en particular los experimentos científicos ligados a la electricidad, como los de Luigi Galvani, consistentes en mover las patas de una rana mediante una descarga eléctrica, así como las especulaciones de Erasmus Darwin sobre la posibilidad de devolver la vida a la materia muerta gracias a los impulsos eléctricos.

De esta forma, entre historias de fantasmas, experimentos y lecturas, el encierro fructificó generosamente el día que Lord Byron propuso que cada miembro del grupo escribiera una historia de terror. Así se hizo, y el resultado fueron dos obras maestras de la literatura fantástica: El vampiro, de John Polidori–la historia de un seductor aristócrata que deja sin sangre a todas las mujeres que caen en sus redes, antecedente del Drácula de Bram Stoker (1897)–, y Frankenstein, de Mary Shelley.

Esta obra, es un logro más que notable para una autora de solo veinte años, convirtiéndose de inmediato en un éxito de crítica y público. La historia de Frankenstein, estudiante de lo oculto y de su criatura subhumana creada a partir de cadáveres humanos, se ha llevado al teatro y al cine en varias ocasiones. En 1831, reescribió la historia por completo hasta conseguir la versión definitiva que ha llegado hasta nuestros días.

Obras literarias.

No logró tal popularidad con ninguna de sus obras posteriores o la excelencia de esta primera, pese a que escribió otras cuatro novelas, varios libros de viajes, relatos y poemas. Su novela El último hombre (1826), considerada lo mejor de su producción, narra la futura destrucción de la raza humana por una terrible plaga. Lodore (1835) es una autobiografía novelada. Además, escribió biografías de personajes de España, Portugal y Francia.

Tras la muerte de su esposo, en 1822, Mary se dedicó a difundir la obra del poeta. Publicó así sus Poemas póstumos (1824) y editó sus Obras poéticas (1839) con valiosas y detalladas notas.

Fallecimiento.

Mary Shelley falleció en Londres a causa de un tumor cerebral mientras dormía, el 1 de febrero de 1851. Su última voluntad fue ser enterrada junto a sus padres. Descansan en el cementerio de St Peter, Bournemouth.

EMILIA PARDO BAZAN.

»Si en mi tarjeta pusiera Emilio en lugar de Emilia, qué distinta habría sido mi vida«.

Emilia Pardo-Bazán y de la Rúa-Figueroa, nació en A Coruña el 16 de septiembre de 1851. Falleció el 12 de mayo de 1921 en Madrid.

Fue una escritora, defensora del feminismo, que valiéndose de su don para la escritura y la comunicación lanzó un mensaje en defensa de los derechos de la mujer.

Educación.

Hija de los condes de Pardo Bazán, fue educada en casa con los mejores profesores. Ya desde muy pequeña demostró su amor por la literatura y la escritura, comenzando a escribir pequeños relatos con apenas 10 años. Una de sus primeras novelas, Aficiones peligrosas, fue escrita cuanto solo tenía 13 años. Esta novela se publicó por primera vez en España en 2012.

Desde pequeña se negó a “estudiar” lo que su género obligaba como era música y economía doméstica. Su formación se basó en idiomas, literatura, historia y filosofía. A pesar de que quería ir a la universidad, no pudo al estar prohibido a las mujeres a finales del siglo XIX. Hizo de los libros y de sus amistades, su propia universidad.

Se casó con 16 años con José Quiroga y Pérez Deza, también aristócrata. Durante años ambas familias recorrieron España, dónde Pardo Bazán se iba empapando de la situación de la mujer y de su propio país.

Inicios.

Se mudó a Madrid cuando la familia fue trasladada ya que su padre fue nombrado Diputado de Cortes. Tras la entrada de Amadeo de Saboya y la guerra carlista, toda la familia emigró a Francia lo que le hizo descubrir su literatura que tanto le marcó. De estos años surgió una de sus primeras publicaciones en el diario El Imparcial. Posteriormente agrupó todas sus crónicas en uno de sus libros de viajes, Por la Europa católica. En él Emilia Pardo Bazán abogaba por la necesidad de España de europeización.

Entre 1879 y 1882 publicó sus primeras novelas, Pascual López, Un viaje de novios y La tribuna. Alternando sus novelas, Emilia Pardo Bazán comenzó a escribir para la revista La Época artículos sobre Émile Zola y la novela experimental. Todos estos artículos los reunió en 1883 en un nuevo volumen, La cuestión palpitante, que le catapultaron como una de las principales impulsoras del naturalismo en España. Esta recopilación de artículos tuvo un gran impacto social. El escándalo generado por su publicación llevó a su marido a pedirle que parara de escribir, lo que provocó la separación del matrimonio.

Siguió escribiendo ensayos en los años posteriores, siempre uniendo la literatura con la corriente francesa.

Tras varios años dedicándose a estudiar esta vertiente lanzó su obra maestra del método naturalista, Los pazos de Ulloa. En ella expone la decadencia del mundo rural gallego y de la aristocracia.

Evolución de su literatura.

A partir de 1890 Emilia Pardo Bazán dejó atrás el naturalismo y exploró el idealismo y simbolismo. Ya separada de su marido, la escritora continuó reuniéndose y nutriéndose de los intelectuales de la época y de las corrientes artísticas. Su obra comenzaba a tener un claro componente feminista en una lucha incansable por la emancipación social e intelectual de la mujer.

Tras la publicación de ensayos como La mujer española, fue invitada a participar en conferencias creándose amigos y enemigos a partes iguales. La sección más machista de intelectuales y aristócratas no veían con buenos ojos la admiración que una mujer podía despertar por sus dotes literarias.

Casi a la vez que su divorcio, el padre de Emilia Pardo Bazán falleció, girando aún más esta nueva vertiente en su obra hacia el espiritualismo y simbolismo. De esta etapa son obras como Una cristiana, La piedra angular o Dulce sueño. En ellas trata temas como la religión, la vida de la época, deberes familiares o incluso la relación entre enamorados. Además, comenzó a escribir cuentos, más de 500, como Cuentos de la tierra o Cuentos sacro-profanos

Igualdad de la mujer.

Desde siempre la obra de Emilia Pardo Bazán, y su vida, ha tenido un fuerte carácter feminista. Anhelaba igualar los derechos y oportunidades de hombres y mujeres, que su voz y pensamiento fuera igual de válido.

Propuso a Concepción Arenal y a Gertrudis Gómez Avellaneda a la Academia Real de la Lengua, ambas propuestas rechazadas, a pesar de ser considerada junto a Clarín y Galdós como el máximo exponente del realismo.

En 1906 llegó a ser la primera mujer en presidir la Sección de literatura del Ateneo de Madrid, así como la primera mujer en ocupar una cátedra de literatura en la Universidad Central de Madrid (a pesar de tener prohibida la educación universitaria a las mujeres). Tuvo que sufrir el boicot de alumnos y profesorados, estando sola en la mayoría de sus clases. Además, fue nombrada Consejera de la Instrucción Pública por Alfonso XIII.

Suyo es uno de los libros más importantes del feminismo español y quizás más desconocidos, La España moderna.

Fallecimiento.

Emilia Pardo Bazán falleció el 12 de mayo de 1921 debido a una complicación de su diabetes. Tras su fallecimiento, toda la prensa española alabó los méritos de la escritora, méritos que con vida vio pisoteados por parte de la sociedad simplemente por ser mujer.

AGATHA CHRISTIE.

»Lo imposible no puede haber sucedido; por tanto, lo imposible tiene que ser posible, a pesar de las apariencias«.

Biografía.

Sus padres; Su madre, Clara Boehmer, y su padre Frederick Alvah Miller.

Ambos insistieron en que su hija recibiera una educación hogareña ​ y se encargaron de enseñarle a leer, a escribir y a resolver operaciones aritméticas básicas. Si bien, su madre creía que los niños no debían aprender a leer hasta la edad de ocho años, ​ Agatha aprendió a los cuatro. También fue instruida en música aprendiendo a tocar varios instrumentos como: la guitarra y la mandolina.

Le fascinaba Sherlock Holmes y su madre le leía literatura gótica y policiaca, se le daban muy bien las matemáticas lo cual explica porque escogió la literatura criminal, por ser un cúmulo de acertijos que hay que resolver a través de pistas.

En la Costa Sur de Devon, Agatha está omnipresente porque fue allí donde tuvo una feliz infancia a finales del siglo XIX, Agatha Mary Clarissa Miller nació el 15 de septiembre de 1890, tercera descendiente de Mary Clarissa Miller (hija de un militar) y de Alvah Miller.

Le encantaba los árboles y jugar en el jardín, se crio en una familia relativamente pudiente. No fue al colegio, recibió su primea educación en el hogar; quizás por eso pensaba diferente. Cuando tuvo edad suficiente comenzó a acudir a bailes y fiestas, le encantaba patinar por el muelle. Estudió música y francés en Paris, algo habitual en las señoritas de aquella época, aunque nunca fue lo suficientemente buena.

Su madre la presentó como debutante en Sociedad, en Egipto. Era una persona con coraje y tiempo con grandes impulsos de viajar, en 1911 subió a un Aeroplano por primera vez.

Continúa en el artículo dedicado a ella exclusivamente

Agatha Christie – Lola de la Cámara (loladelacamara.es)

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