CONCEPCION ARENAL

La Sociedad no puede en justicia prohibir el ejercicio honrado de sus facultades a la mitad del género humano

LA PRIMERA MUJER UNIVERSITARIA ESCRITORA, PERIODISTA Y DEFENSORA DE LOS DERECHOS DE LA MUJER (una vida de película).

Hoy, voy a hablaros de una mujer que es un ejemplo para seguir, abanderada de los derechos de las mujeres, defensora de sus ideales progresistas y de la igualdad entre hombres y mujeres. Nunca debemos olvidar lo que nos ha costado obtener nuestros derechos como mujeres, gracias a mujeres como ella hemos conseguido estar más cerca de la igualdad de condiciones, al menos en el plano legal.

Nacida en Ferrol (La Coruña) el 31 de enero de 1820, primer fruto del matrimonio formado por María Concepción de Ponte y don Ángel del Arenal, miembros de ilustres familias gallegas y santanderinas, respectivamente. La ideología de su padre, firme defensor del liberalismo, y su prematuro fallecimiento marcarán sin duda el carácter de Concepción Arenal. De él aprenderá a mantener firmes sus convicciones personales y a luchar por lo que cree justo.

Debido al fallecimiento prematuro de su hermana, su madre decide trasladarse a la Corte para que ella junto a su hermana reciban la educación propia de las señoritas, durante esos años aprenderá italiano y francés, sin perder el interés en lecturas de ciencias y filosofías. Dicha formación exclusiva para señoritas, e incluso así no consiguen mitigar su enorme curiosidad intelectual.

Las relaciones entre madre e hija fueron tormentosas, puesto que Concepción Arenal al finalizar esa primera etapa educativa tenía la pretensión de cursar estudios superiores, deseo inaudito en una mujer de la época y claramente reprobable para su madre.

En 1840 vuelve a Armaño para asistir a su abuela enferma, Jesusa de la Cuesta. Concepción Arenal está claramente decidida a llevar a cabo su aventura y ese mismo año fallece su abuela, entonces recae sobre ella la herencia familiar, y el de su madre en 1841, facilita su pretensión: a los veintiún años Concepción Arenal es poseedora absoluta de su destino. Durante los cursos de 1842-43, 1843-44 y 1844-45 Concepción Arenal asistirá vestida de hombre a algunas clases de Derecho, Filosofía y Letras en la Universidad. Allí conoce a Fernando García Carrasco, con el que contrae matrimonio el 10 de abril de 1848, a pesar de los casi quince años de le separa de este abogado y periodista, era un hombre avanzado para la época que entendía a la perfección las aspiraciones de Concepción Arenal y contempló a su esposa desde el verdadero plano de igualdad, siempre admitió que le acompañase vestida de hombre a las tertulias del café Iris o que aportara al hogar las ganancias de un trabajo remunerado. El matrimonio tuvo tres hijos, de los que sobrevivieron los dos menores, Fernando (1850) y Ramón (1852), pues la mayor, Concepción (1849), falleció a los dos años de edad.

Durante los primeros años de matrimonio Concepción Arenal parece decantarse por la literatura. Escribe algunas composiciones poéticas, tres obras de teatro –Un poeta, La medalla de oro y Dolor y misterio-, una zarzuela –Los hijos de Pelayo-, una novela que no se ha conservado –Historia de un corazón- y sus Fábulas en verso (1851), texto que será declarado lectura obligatoria en enseñanza primaria.

En 1855 junto a García Carrasco comienza a colaborar en La Iberia, periódico liberal fundado por Pedro Calvo Asensio en 1854 y que gozará de gran prestigio hasta su desaparición en 1898. La colaboración de Concepción Arenal se inicia el 28 de julio de 1855 con el primero de una serie de siete artículos que llevan como título “Watt, su vida y sus inventos”. La prosa de la autora en estos artículos es sobria puesto que quiere realizar exposición clara que ponga de relieve la importancia del hombre que contribuye a hacer progresar la sociedad a la que pertenece. La redacción de estos editoriales que aparecen sin firma recae en Concepción Arenal hasta que Nocedal, ministro de Gobernación, promulga la Ley de Imprenta de 15 de mayo de 1857 donde se impone la obligación de firmar los artículos que versen sobre política, filosofía y religión. Mes y medio después, el 30 de junio, se publica una nota en La Iberia en la que se alude a los artículos sin firma publicados por Concepción Arenal y se anuncia el cese de su colaboración como redactora fija.

Concepción Arenal junto a sus hijos se traslada a Oviedo, pues un poema inédito, ¡Dios y la Libertad!, aparece fechado en esta ciudad en julio de 1858.

Su ensayo La Beneficencia, la Filantropía y la Caridad (1860) que será premiado por la Academia de Ciencias Morales y Políticas, a pesar de que la escritora encubriera su identidad bajo el nombre de su hijo Fernando, que entonces tenía sólo diez años. Averiguada la verdadera autoría, por primera vez en la historia de la Academia se concede el premio a una mujer, ya que sus miembros fueron conscientes de la importancia del trabajo al analizar unos conceptos que en aquella época estaban poco claros. Concepción Arenal señala que con “beneficencia” se alude al sistema de ayuda a los necesitados que adopta el Estado. El segundo, “filantropía, es una preocupación de orden filosófico, por la dignidad del hombre, mientras que el tercero, “caridad”, señala la compasión cristiana, que obra de forma espontánea por amor a Dios y al prójimo.

Su siguiente obra, El visitador del pobre (1863), nace de la observación de la escasa preparación que las mujeres tenían en el momento de socorrer a pobres y enfermos.

Su preocupación por la situación en la que se encontraban los presos. Fruto de esa experiencia personal son sus conocidas Cartas a los delincuentes (1865) donde aborda, entre otras, cuestiones tan delicadas como la necesidad de reformar el Código Penal, aproximándose en este sentido a las iniciativas que los krausistas habían emprendido.

En 1865 se crea la Sociedad Abolicionista con el fin de acabar con la esclavitud en las colonias españolas. Concepción Arenal presentará al certamen literario que se convoca el poema titulado Oda a la esclavitud, que obtiene el primer premio. Tras la Revolución del 68 el gobierno provisional presidido por Serrano la nombra Inspectora de Casas de Corrección de Mujeres, cargo que desempeña hasta 1873, aunque tiempo antes mostrase ya una cierta desilusión por las medidas emprendidas por los representantes políticos, como puede apreciarse en su obra Examen de las bases aprobadas por las Cortes para la reforma de las prisiones (1869).

En 1869 la duquesa de Medinaceli había establecido la rama femenina de la Cruz Roja y Concepción Arenal se vuelca en su organización y trabajo. Dirigió, personalmente, durante el transcurso de la tercera guerra carlista, el Hospital de Sangre de Miranda

de Ebro, donde se atendió a los soldados de ambos bandos. Experiencia que motivó la publicación de sus Cuadros de guerra (1880), donde la nota sentimental predomina en la descripción de las escenas de dolor que ella misma contempló.

Sus obras con carácter feminista. La mujer del porvenir (1869), su primera obra de carácter feminista -en realidad había sido redactada en 1861- y a la que seguirán, años más tarde, trabajos como La mujer en su casa (1881), Estado actual de la mujer en España (1884) o La educación de la mujer (1892). Obras en las que Concepción Arenal se propone no sólo disipar los errores que sobre la mujer han arraigado en la opinión de la mayor parte de la sociedad, sino también reivindicar la capacidad intelectual de la mujer y su derecho a recibir una educación que le permita desempeñar cualquier profesión en condiciones iguales a la del hombre.

En 1870 funda La Voz de la Caridad, periódico que durante sus catorce años de existencia fue plataforma para denunciar los abusos e inmoralidades presentes tanto en hospicios como cárceles de la época.

A partir de 1875, redacta obras como Las colonias penales en Australia y la pena de deportación (1877), La cárcel llamada Modelo, Estudios penitenciarios (1877), Ensayo histórico sobre el derecho de gentes (1879) -su obra jurídica más importante sobre derecho internacional- o envía informes a los Congresos Penitenciarios que se celebran en diferentes años en Estocolmo, Roma, San Petersburgo y Amberes. En 1878 publica otro de sus más famosos trabajos, La instrucción del pueblo, obra premiada por la Academia de Ciencias Morales y Políticas.

En 1890 recibe la noticia de la defensa de su candidatura para ocupar la vacante existente en la Real Academia llevada a cabo por Emilia Pardo Bazán.

En 1891 escribe el Manual del visitador del preso y prepara sus contribuciones para el segundo congreso pedagógico hispano-luso-norteamericano, La instrucción del obrero y el ya mencionado ensayo La educación de la mujer (1892).

En estos últimos años de vida de Concepción Arenal su producción disminuye, preocupada por la edición de sus obras completas, de las que incomprensiblemente se excluyen sus obras literarias. No obstante, a pesar de su avanzada edad y precaria salud, colabora en innumerables periódicos de la época como el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, La España Moderna, La Nueva Ciencia Jurídica, Las Dominicales del Libre Pensamiento, La Ilustración Española y Americana, entre otros.

En el mes de enero de 1893 sus dolencias se agravan, falleciendo, finalmente, el 4 de febrero.

Información extraída de https://www.cervantesvirtual.com/

Firmado: Lola de la Cámara www.loladelacamara.es

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