Lo cierto es que la mayoría de los escritores, cuando comenzamos, pensamos que podemos hacerlo todo nosotros solos y poder llegar al mundo editorial. Desde mi experiencia os diré que es prácticamente imposible poder llegar a los grandes grupos editoriales solo, sin una mano que te acompañe y sin alguien que te asesore.
Llevo escribiendo desde hace cuatro años. El proceso creativo, desde mi punto de vista, es maravilloso. Ahora bien, hay que tener en cuenta que, además de la creatividad, se requieren otros muchos factores, tales como: documentación, asesoramiento para que tu literatura tenga veracidad como es el caso de las novelas del género policiaco, manejo de las redes sociales, fotografía, diseño y un largo etcétera más.
Claro que tampoco es fácil llegar a tener un agente literario, teniendo en cuenta que reciben multitud de manuscritos y que deben elegir entre los que consideran más adecuados para poder apostar por ellos. Al fin y al cabo, en su trabajo ponen la responsabilidad de que los representados tengan calidad suficiente para ser publicados. Deben de leer y asegurarse del potencial de los manuscritos, y de que su representado apueste por la literatura, que no sea un mero pasatiempo. Ese es el problema que hay en España, hay más personas que escriben que en el resto de Europa. Por lo que es difícil que un escritor consiga destacar en un mercado que está sobresaturado.
En mi caso, además de tener ya escritos varios libros, tengo un blog de literatura y colaboro en la revista Blanco sobre Negro. He recibido formación para mejorar la escritura en un taller de literatura que duró un curso académico. Durante mi etapa universitaria, también realicé varias asignaturas fuera de mi especialidad que estaban relacionadas con el mundo literario. Mi primer libro lo escribí a máquina con catorce años. Tenía 110 páginas.
Con este bagaje, que no es poco, aunque a mi parecer nunca suficiente, me he sentido sola y perdida. No porque me falte asesoramiento para mis libros, el cual tengo y de primera mano. Sino por no saber a dónde acudir (quizás a Amazon, tal vez a concursos…), o a qué editorial, teniendo en cuenta que, como particular, únicamente puedes seleccionar dos de cada grupo editorial.
He de decir que desde que sé que no estoy sola y puedo compartir mis dudas e incertidumbres literarias y profesionales con mi agente literario, he encontrado esa ansiada tranquilidad y seguridad que todo escritor necesita. A partir de ahora, recorreré el sendero literario acompañada. Soy una escritora feliz. Llegaremos juntos a alcanzar nuevos horizontes.
Juan Ramón Biedma, un escritor al que admiro, en cierta ocasión me dijo:
—Tu agente literario es como tu confesor—. ¡Cuánta razón tienes, querido amigo!