EUGENE-FRANCOIS VIDOCQ

“En la escena del crimen todo debe ser mirado bajo el microscopio”

Nacido en Francia, en la ciudad norteña de Arras, Eugene-François Vidocq, fue tanto personaje como persona. El Vidocq persona fue un criminal reconvertido en policía que dejó escritas sus memorias, y el Vidocq personaje se convirtió en una leyenda que propició innumerables historias que fueron llevadas a la literatura (por Víctor Hugo entre otros) y más tarde al cine

Fue el tercero de los siete hijos de un panadero. El joven rechazó la educación que su padre podía ofrecerle, puesto que prefería pasar el tiempo enamorando mujeres y batiéndose por causas muchas veces de lo más frívolas. Excelente espadachín, solía salir indemne de sus duelos en los que sólo ocasionaba algunos rasguños a sus adversarios. La vida del joven Vidocq giraba alrededor de sus dos principales aficiones: las mujeres y la esgrima, que alternaba con hurtos menores y todo tipo de pequeños delitos. A los 15 años robó 2.000 francos de la caja fuerte de su padre con la intención de huir a los Estados Unidos, pero tras el robo y una noche de borrachera, los cómplices de Vidocq le sustrajeron el botín y huyeron con él.

Se alistó en el ejército, luchando en las batallas de Valmy y de Jemmapes. Pero dado su carácter indisciplinado no dura mucho en el ejército. A lo largo de los dos años que estuvo enrolado tuvo nada menos que veinte duelos a consecuencia de los cuales dos de sus rivales perdieron la vida. Convertido en desertor, se pasó a las filas austríacas, pero también tuvo que huir para evitar ser apaleado. Refugiado en Bélgica con papeles falsos, Vidocq se unió a una banda de forajidos que, con la excusa de dar caza a los contrarrevolucionarios, sólo se dedicaba a apropiarse de lo ajeno. Como era de esperar, fue detenido y encarcelado en la prisión de Lille.

DE DELINCUENTE A POLICÍA

En 1809, con 34 años de edad, la vida de Vidocq dio un giro radical. Según cuentan algunos historiadores, estando preso en la cárcel de Toulon, tres delincuentes asesinaron a otro preso y acusaron a Vidocq del crimen. Decide escaparse de presidio, y logra matar a dos de los presos que lo habían acusado, pero cuando iba a asesinar al tercero consiguen detenerle en Lyon. Tras ser apresado, Vidocq pide ser llevado a presencia del comisario general Dubois, quien accede a la entrevista intrigado por la fama y la popularidad del reo. Vidocq le comenta que ha decidido cambiar de vida radicalmente y que quiere ingresar en la policía. El comisario general Dubois, harto de oír historias similares en boca de otros prisioneros, se da media vuelta y, cuando se dispone a marcharse, Vidocq le hace una propuesta extraordinaria: “Ahora me llevarán dos gendarmes inmovilizados con grilletes hasta la prisión. Si logro escaparme en el trayecto y regresar, será esto una prueba de mi buena fe”.

Dubois, divertido con aquella proposición, acepta el reto. Dos expertos y forzudos guardianes maniataron a Vidocq para conducirlo a prisión, pero un cuarto de hora más tarde Vidocq aparece en el despacho del comisario general, libre y satisfecho. Ha conseguido escaparse de sus guardianes para cumplir su palabra. Convencido, Dubois, acepta el trato y ofrece una amnistía al delincuente; Vidocq cumplió también su parte: en menos de 15 días la mayoría de los criminales de Lyon empezaron a caer y a ser encarcelados.

Tras un año de estrecha colaboración, es la propia policía la que prepara la fuga de Vidocq para que pueda seguir desempeñando su trabajo, esta vez fuera de la prisión. Es en ese momento cuando empieza la leyenda del camaleónico Vidocq. El antiguo convicto aprendió a manejar el arte del disfraz y a adoptar infinidad de personalidades distintas. Tan bien interpretaba a sus personajes, que una vez fue contratado para matarse a sí mismo. Sus métodos poco ortodoxos le valieron tanto admiradores como detractores entre los oficiales de la propia policía.

VIDOCQ Y LA CRIMINOLOGÍA

En 1811, Vidocq crea la conocida Brigade de la Sûrete (Brigada de Seguridad), un grupo de agentes secretos cuya misión era infiltrarse entre los distintos grupos criminales y recabar información para que, llegado el caso, se les pudiera arrestar o abortar sus planes. Ante el enorme éxito conquistado, al año siguiente se instaura la Brigada como un cuerpo oficial de la policía y Vidocq es nombrado su responsable.

A lo largo de los años, este cuerpo policial estuvo compuesto por personas muy diversas. Muchos de sus componentes fueron exdelincuentes, pero también había policías, investigadores, médicos e incluso mendigos que conocían bien la ciudad y a sus habitantes.

Fue el mismo Vidocq quien instruyó a sus agentes para que éstos pudieran infiltrarse en los distintos grupos de criminales diseminados por la ciudad, enseñándoles el arte del disfraz, todo lo que debían saber en función del grupo de delincuentes en el que debían infiltrarse, e incluso les enseñó cómo debían hablar y comportarse en determinados ambientes. Todas estas aportaciones convirtieron a Vidocq en el “padre” de la criminología actual, ya que empleó unos métodos desconocidos hasta el momento, reformó la policía y redujo las tasas de delitos en París durante los años en los que lideró las fuerzas de seguridad francesas.

Para 1813, la delincuencia en París había disminuido en un 40 %. Ese mismo año Napoleón lo puso al frente de los servicios de seguridad del Estado

EXPULSADO DE LA POLICÍA Y CREACIÓN DE SU PROPIA AGENCIA DE DETECTIVES.

En 1832, Vidocq caé en desgracia al ser acusado de instigar un crimen durante los movimientos bonapartistas y es obligado a abandonar la policía. Al año siguiente.  funda la primera agencia de detectives privados de la historia, la conocida como Oficina de Inteligencia, donde llegó a tener a su cargo a varios detectives, algunos de los cuales procedían del mundo del crimen, hizo una gran fortuna, ya que su eficacia era casi del cien por cien.

Años más tarde, en 1842, la policía arresta a Vidocq acusado de haber cometido una detención ilegal y de haber robado los fondos en un caso de malversación que él mismo había ayudado a resolver. Tras ser condenado a cinco años de prisión y a pagar una multa de 3.000 francos, Vidocq apeló y consiguió ser absuelto.

PIONERO EN EL CAMPO DE LA INVESTIGACION CRIMINAL.

Se suele decir que el escocés Allan Pinkerton fue, en la década de 1850, el fundador de la primera agencia de detectives de la historia, conocida como Agencia Pinkerton, pero lo cierto es que el misterioso Eugène François Vidocq se le adelantó algunos años.

A Vidocq se le atribuyen multitud de avances en el campo de la investigación criminal, introduciendo los estudios de balística, el registro y creación de expedientes con las pesquisas de los casos, o la propia criminología. Fue el primero en utilizar moldes para recoger huellas de la escena del crimen. Sus técnicas antropométricas tendrían gran repercusión.

INFLUENCIA EN AUTORES.

Se piensa que Edgar Allan Poe se inspiró en él para crear al detective C. Auguste Dupin, en 1841.1​ También sería la inspiración de Émile Gaboriau a la hora de crear el personaje del detective Monsieur Lecoq, un investigador caracterizado por su constante uso del método científico. De nuevo, sería el referente de Jacques Collin (Vautrin), un personaje recurrente en multitud de novelas de Balzac.

En El enigma de París, de Pablo de Santis, el personaje de Darbon posee una colección de la biografía de Vidocq. Se pueden atribuir rasgos de Vidocq a este personaje.

Respecto a Los miserables, Victor Hugo confesó que se había inspirado en Vidocq para crear a los dos personajes principales, Jean Valjean y el inspector Javert.

VIDOCQ NOVELISTA.

Durante sus últimos años de vida, Vidocq escribe varias novelas inspiradas en su etapa en la policía. Algunos historiadores creen que para poder hacerlo recibió la ayuda de su amigo el escritor Honoré de Balzac. Cuando su mujer, Fleuride, muere en septiembre de 1847, se retira y cierra definitivamente su agencia de detectives, aunque de forma ocasional continuó colaborando en algunos casos con la policía.

 En abril de 1857, Vidocq sufrió una parálisis en su casa del distrito de Marais, en París, y el famoso ladrón reconvertido en detective muere el 11 de mayo de 1857.

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